Hoy les queremos contar sobre volar con niños pequeños de alrededor de 2 años. Para bebés la cosa es un poco mas simple (solo un poco) y para niños de mas de 4 o 5 años todavía no lo sabemos, pero si la vida nos sigue sonriendo nos podrán leer en 2 años 🙏
Cuando Milo tenía pocos meses y yo leía sobre viajar con bebes y niños una de las cosas que daba por sentado era que el primer viaje en avión iba a ser a un lugar cercano para ver como se comportaba e ir “preparándolo” para viajes más largos.
Paso el tiempo y ya tenía casi año y medio, tuvimos por fin la oportunidad de planear un viaje e implicaba un avión, todo era entusiasmo y felicidad. ¡El primer vuelo! Sacamos los pasajes y ese día fue todo festejo y alegría.
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Volar con niños, la espera que desespera
El viaje comenzaba en nueve meses y el avión era Buenos Aires- Roma. De a poco empezamos a caer en la cuenta de que eran trece horas de vuelo, que Milo jamás había subido a algo que volara, que esos viajes cortos para que se “acostumbrara” nunca habían sucedido y se nos lleno el mundo de preguntas.
A medida que pasaban los días y los meses planificando, también pasaban los días y los meses para Milo que crecía e iba mutando de bebe a niño. De repente comenzaron los pequeños caprichitos que se fueron convirtiendo en caprichos grandes. Alguien me hablo de los “terribles 2 años”, “la adolescencia del bebe”, “los berrinches sin motivo” y el terror a la infantofobia empezó a apoderarse de mi.
Hable con la pediatra para confirmar que esa tan temible etapa iba a llegar a nuestra casa por mas que me leyera cuanto libro de psicología Saraza encontrara para evitar los caprichos de los niños.
Cada vez que un llanto desgarrador se disparaba por no querer dejarlo jugar con los vasos de vidrio o hacer arte en las paredes del living, mi pregunta no era si los vecinos me iban a denunciar, sino qué iba a hacer con esa criatura descontrolada dentro del avión cuando le dijera que no puede sacar la pantalla del asiento como si fuera un celular o que no puede levantarse cuando está la luz de cinturón encendida, ¿como se le explica eso a un niño de dos años?.
Los días pasaban y la sensación de pánico fluctuaba tanto como el carácter del niño que pasada de una risa a carcajadas a un llanto profundo porque la pelotita no cayo adentro del balde.
Así fluctuaba nuestro miedo también; de una seguridad tal como “se esta portando muy bien, yo creo que va a estar perfecto en el avión”, pasando por el autoconvencimiento del tipo “mira como se queda pintando el librito, le llevamos un par de libros al avión y listo” sin tener en cuenta que en casa solo estuvo cinco minutos pintando antes de aburrirse y decir “lito mama, ya eta” y el vuelo iban a ser trece horas, y finalizando con “esto va a ser imposible! Qué vamos hacer en el avión!” en un ataque de pánico en pleno berrinche de llanto y grito. Y si hacemos cuentas la verdad es que duran mas en un berrinche que pintando un librito.
Que el miedo no te paralice
A esta altura se estarán preguntando si escribo para alentarlos a que viajen en avión con niños o para que salgan corriendo a acovacharse en sus casas a planificar el viaje cuando el pequeño cumpla 20 años.
Lo que quiero es que sepan que todos los padres tenemos más o menos los mismos miedos y el de viajar con niños en avión no es la excepción. Hay padres mas valientes y padres más miedosos pero en el rango medio todos nos parecemos un poco y esos temores nos rondan en la cabeza. No esta mal tenerlos, nos hace estar atentos, buscar posibles soluciones, informarnos, etc.
Hay dos cosas que estoy segura que no hay que hacer, una es no viajar por miedo y otra es volverse loco buscando, leyendo, probando cosas para que el niño se porte como un adulto en el viaje.
En primer lugar, no viajar por miedo es uno de las peores soluciones y no solo para volar, en la vida en general no hacer algo por miedo lo único que hace es fortificarlo, contraerte, paralizarte y perderte lo mejor que tiene la vida que es “vivir” y lo dice alguien que tiene miedo de ir al baño de noche porque ve “sombras”.
En segundo lugar, pretender que un niño se comporte como un adulto es como tener un perro y querer que se comporte como gato. Los niños son niños y tienen sus momentos, es lógico que se aburran, que se cansen, que lloren, que tengan hambre, que no puedan dormir, que tengan dolor de algo, que griten de alegría, que canten fuerte y también que caigan rendidos y se duerman. Lo mismo que en casa, el avión no es mas que “su casa en ese momento”.
Ni todos los niños ni todos los padres somos iguales
Podemos darles varios consejos sobre volar con niños, tips o como quieran llamarlos, cosas que seguro ya pensaron o leyeron en los cientos de post que hay en la web sobre el tema, pero el mejor consejo que les puedo dar es que no se desesperen ni intenten fórmulas mágicas que a otros les resultaron. Solo traten de entender, entretener y respirar, que todo en la vida incluso el viaje en avión termina en algún momento.
Cada niño es tan diferente como cada adulto, hay niños que se pueden quedar horas pintando y otros que no duran ni cinco minutos, algunos se miran películas enteras en la tablet o pantalla del avión y otros se aburren en el minuto diez. Hay que buscar alternativas, nadie mejor que ustedes para saber que cosas entretienen mas a sus hijos y llevar varias de esas alternativas sobre todo si los viajes son largos. La atención de los niños chiquitos es muy corta y muy dispersa por eso hay que rotar el entretenimiento.
Volar con niños no solo se puede hacer a cualquier edad (siempre que no tenga ninguna contraindicación medica, claro) sino que es una experiencia maravillosa para ellos y para los padres. Los recuerdos que quedan de esos momentos siempre serán los mas divertidos; cuando hace cosas desopilantes como querer salir a tocar las nubes, o la ternura de verlo despertar a 10000 mts de altura con los ojitos hinchados y el pelo desordenado pidiendo “mamá, la lete” como si estuviera en su cama, o la sorpresa de verlo comiendo sentadito en la minúscula bandeja del avión sintiéndote orgullosa.
Todo lo demás queda en un segundo plano y también pasan a ser anecdóticos el llanto de no querer ponerse el cinturón de seguridad, el enojo de la señora de adelante porque sus canciones no la dejaban dormir o el berrinche porque no lo dejamos saltar en el asiento.

Antes de dormir

Después de dormir
Ahora si los tips para volar con niños
Y si llegaste hasta acá te mereces que te demos varias ideas para que todos la pasen lo mejor posible y puedan disfrutar del viaje. De nuevo quiero aclarar que nada es mágico, que de seguro en algún momento el tan temido llanto ocurra, pero no es tan terrible como uno lo imagina en casa, o si, pero es solo un momento que pasa.
La espera en el aeropuerto
Para cruzar el charco nos hacen llegar al Aeropuerto unas tres horas antes de la partida, que sumadas a las trece horas del vuelo son unas dieciséis horas en total. No se que es mas aterrador, si pensar en estrategias para que se quede tranquilo en el avión, que de todos modos es un lugar cerrado y con poco espacio, o tenerlo controlado en el aeropuerto con cientos de personas que van y vienen, un “universo infinito de maravillas que se rompen” llamado free shop, cientos de silla en las que subirse y bajarse unas mil veces y un montón de valijas para robarle a la gente y llevarlas a pasear.
Todo eso y mucho mas es un aeropuerto para un niño de dos años que además también tiene la ansiedad acumulada por haberle dicho durante 9 meses que iba a subirse a un avión, mostrarle aviones que pasaban por el cielo o en carteles y revistas al grito de “mira! Pronto vas a viajar en uno así” y en este punto un mea culpa para nosotros que volcamos ese entusiasmo desbordado en un niño.
Para este momento tan particular tenemos un par de tips
- En principio, no acrecentar la ansiedad del niño diciéndole unas veinte veces por minuto que va a subir a un avión, que va a volar o mostrarle todos los aviones que van despegando y cosas por el estilo. Tiene dos años y puede ser que no entienda bien que significa esto de volar pero sí entiende bien de la ansiedad de mamá y papá.
- No todo esta prohibido en el Aeropuerto, mas vale guardar los “no” para cosas mas peligrosas y dejalo que corra si tiene ganas, de paso no le viene mal cansarse un poco, siempre teniéndolo vigilado, claro. Que se tire al suelo, se suba a las sillas, camine con la valija de un lado a otro. Siempre procurando que sean las valijas de uno ya que los niños gustan mucho de sacar a pasear valijas ajenas, o acaso solo le pasa eso al mío?.
¡Ojo con la gente que esta durmiendo! Milo disfruta mucho de despertar gente al grito de “Hola” y eso puede poner de muy mal humor a los durmientes de aeropuertos.
- Si el horario lo amerita una comida es ideal, si es cena o almuerzo se puede llevar algo liviano, ya que en el avión también van a darles de comer. Pero a modo de pasar el tiempo un tentempié es una buena idea. Nosotros le llevamos unas empanadas caseras que son sus favoritas y así también nos aseguramos que si no le gusta la comida del avión al menos lleva algo en la panza. Si es hora de merienda o desayuno unas galletitas, budín, cereales, algo que le guste mucho.
- No gastes todos los recursos para este momento, sean chiches, películas o libros mejor deja eso para arriba del avión.
Del momento de abordar hasta el despegue
Este momento puede ser mas o menos complicado dependiendo de cuan inquieto sea el niño. El nuestro en particular solo puede quedarse quieto viendo “Moana” o “Buscando a Dory”. El resto del tiempo necesita mover su cuerpecito cual coctelera.
- Un consejo bastante útil pero bastante difícil de lograr es tratar de llevar la menor cantidad de cosas posibles arriba del avión. Dos valijas de cabotaje, dos mochilas y una mochila del niño no es a lo que estamos llamando “poco”. En mi caso una de las valijas es todo el equipo de fotografía que no puedo dejar en la bodega, pero si no llevas nada que requiera ir arriba si o si, lo ideal es una mochila donde irán las cosas necesarias del niño y una cartera con las cosas básicas del adulto.
- Volar con niños pequeños tiene algunas ventajas, las mas importante es la prioridad para ingresar al avión, aunque no se cumple tal cual en todas las aerolíneas. En algunas nos subieron casi a upa a nosotros también y en otras, sobre todo las low cost, solo fue el ckeck in y nada mas, subir al avión fue en manada y a empujones como todos los demás. Pero cuando tenés prioridad real y subís al avión entre los primeros hay que tener en cuenta que desde ese momento y hasta que despega hay un tiempo que para un niño puede hacerse eterno. En este momento hay que tener la artillería a mano para dibujar, jugar algún juego, etc.
- El momento del despegue es para nosotros el mas complicado. En principio si el niño tiene mas de dos años viaja en su propio asiento y esto quiere decir que debe estar sentado y con el cinturón de seguridad puesto desde que el avión empieza a carretear hasta que llega a la velocidad crucero. Esto son muchos minutos interminables. Algunos niños tan chiquitos no quieren estar “atados” y los cinturones son muy fáciles de abrir, solo tirar de la palanca, así que mantenerlos quietos es una tarea difícil, al menos para nosotros que tenemos un hijo explorador que no gusta de quedarse quieto.
En uno de los vuelos nos dejaron que lo lleve a upa y solo yo me ponga el cinturón que es lo que se hace con niños menores de 2 años que no van en asiento propio. A nosotros ésto nos resulto peor e incluso peligroso porque es difícil sostener un niño de esa edad que se mueve para todos lados, funciona para bebes porque se quedan tranquilos. El resto de los vuelos era obligatorio que estuviera en su asiento pero incluso nos resulto mucho mejor, en algunas aerolíneas ni siquiera nos dejaron que se quedara acostado con la cabeza en mi brazo, aun teniendo el cinturón puesto nos obligaron a despertarlo para que se siente derecho, no era necesario pero cada aerolínea con su librito. - Lo que nos funciono muy bien a nosotros fue darle la mamadera o una “sorpresa”, que les contamos mas debajo de que se trata, justo en el momento que empieza a carretear el avión. En dos vuelos fueron niños los que hicieron el “trabajo”, en uno, un niño alemán de unos 6 años en el asiento de adelante compartió sus chiches con Milo encantado, así se pasaron el vuelo jugando y en otro una nena en el asiento de atrás que le cantaba y le hablada en algún idioma que a Milo le resultaba encantador y viajo como angelito. Pero estas cosas son cuestión de suerte.

Con cinturón y concentrado

Despegue, cinturón y mamadera
Durante el vuelo
- Si el vuelo es de noche lo mas probable es que tarde o temprano termine durmiéndose y dormirá tal cual en su casa. Hay un inflable que para nosotros fue mágico y maravilloso que convierte el asiento en cama, es como un banquito que se coloca en el espacio de los pies, muy fácil de inflar y desinflar y súper útil si el nene es chiquito. Lo compramos por Amazon pero tal vez lo puedan conseguir en otro lugar, es ideal para volar con niños.
- Si el vuelo es de día y largo, también terminará durmiendo una siesta en algún momento pero habrá que contar con espacios de juego para entretenerlo. Libros para leer, libros para pintar, chiches pequeños para jugar, algo para comer que le guste mucho.
- El momento de la comida también es algo a lo que le tenía miedo, los niños tiran y revolean o se les cae porque todavía están aprendiendo a manejar la motricidad fina. Imaginar fideos revoleados por la cabeza de la gente fue una pesadilla varias veces. Sin embargo, termine sorprendida y orgullosa. No hay que subestimar a nuestros hijos, a veces pueden mucho mas de lo que nosotros pensamos.
- Se puede solicitar un menú infantil en todas las aerolíneas al igual que menúes especiales para veganos, celíacos, etc. El menú para niños suelen ser fideos, milanesa o patitas de pollo, pan, algún budín de verdura de entrada, un snack y un postre o chocolate. Todo depende de la aerolínea y del pasaje, no es lo mismo un asiento en económico que en primera clase. Pero debo decir que en el vuelo de vuelta Roma-Buenos Aires quería comerme el menú infantil además del mío que había estado delicioso. No pude porque Milo se lo devoro!. La comida del avión tiene mala fama (y a veces justificada) pero suele pasar que un día de suerte te toca algo que esta realmente rico.
Si ustedes ya saben que su hijo no es de comer cualquier cosa o que solo come tal o cual lo ideal es llevarle algo para comer arriba del avión. No hay ningún problema en llevar comida para los niños, se puede incluso preparar algo en casa y llevarlo en un termo para conservarlo. También el agua o jugo o lo que tome, todo lo que sea para el niño esta permitido.
- Algo que nos funcionó sobre todo en vuelos que fueron de día es llevar un par de juguetes nuevos. Claro que estamos hablando de chiches pequeños no de un Buzz Lightyear de metro y medio. Nosotros llevamos un blíster de cinco autitos de Hot Weels y cuando la cosa se ponía difícil le dábamos su “sorpresa”, que no era mas que un autito chiquitito, pero el estaba felíz y se entretenía todo el vuelo con la “sopesa”. Como teníamos un blíster con 5 autitos fueron cinco sorpesas!.
- “No nos gusta que nuestro hijo use Tablet o teléfono celular, no se lo vamos a dar hasta que sea grande”, solo puedo reírme de mi misma con esta frase. En mi mundo ideal esa era una premisa y un viaje en avión en el mundo real la tiro por la borda.
Respeto y casi que envidio a quienes logran que sus hijos se mantengan alejados de tan “diabólicos” elementos. A nosotros nos sirvió para que pudiera dormirse tranquilo en el vuelo. Así que si no tenés problema con esto o si estas dispuesto a hacer la excepción como hicimos nosotros, llevar una tablet con sus dibujitos favoritos o un par de juegos si son mas grandes es una buena idea.
- Si usa algún elemento para dormir normalmente en su casa, chupete, muñeco, trapito, debería ser una de las primeras cosas que empacar. Cuando los niños se sienten en un lugar extraño, tener su elemento favorito los ayuda a relajarse y sentirse mas tranquilos.
Y nuestro ultimo consejo es que disfruten, los niños si que son expertos en eso, el resto del viaje dejen que el peque los vaya guiando, déjenlo explorar, jugar, correr y van a ver como ustedes empiezan a descubrir cosas que no hubieran visto sin él, van a reírse con sus ocurrencias y se van a sorprender. Tienen una capacidad de asombro maravillosa, una piedra de color, un dibujo en la calle, una burbuja en el aire, todo les llama la atención. Vuelvan a ser niños con sus hijos y vean el mundo desde sus ojos que tiene todo por descubrir.
Si tienen mas tips sobre volar con niños para que agregue, algo que les haya funcionado o si quieren hacernos alguna pregunta nos pueden escribir o dejar sus comentarios!
A viajar!
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